Aquí está el Sevilla

El Sevilla presentó anoche su candidatura a pelear de tú a tú con el Barcelona y el Real Madrid en esta Liga 2009-2010. Y lo hizo pasando por encima del multimillonario Real Madrid, que era el único equipo de Europa que lo había ganado todo en Liga y Champions hasta ahora.

El equipo de Jiménez fue muy superior durante toda la primera parte. Le imprimió un ritmo enorme al partido basándose para ello en la raya que hace el inconmensurable Zokora en el medio y a la chispa y velocidad de Navas y Perotti en las bandas, auxiliados por los laterales. Así, el Sevilla apabulló al Madrid pero el gol tardaba en llegar. Tuvo que ser Navas, tras un excepcional taconazo de Perotti y un buen centro de Navarro, quien le robara la cartera a Marcelo para poner el 1-0.

El partido merecía ser ganado por los hispalenses, y por más diferencia. Pero dos momentos claves pusieron en Nervión la sensación de que aquello se podría escapar. Fueron dos paradas de Casillas: la primera, en el descuento del primer tiempo, ante Renato y, la segunda, en el primer minuto de la segunda parte, a Perotti, cuando todo el campo cantaba el gol. Inmediatamente después Pepe empataba el partido y dejaba la sensación de que "quien perdona, acaba perdiendo".

El Sevilla anduvo un rato medio perdido, cómo si saber encajar el golpe. Pero poco a poco se fue recuperando y, en la medida que se lo permitían sus fuerzas muy gastadas tras la intensa primera parte, no renunció al cara a cara. Y obtuvo el merecido premio en otra jugada ensayada, a balón parado, rematada magistralmente por Renato.

Magnífico partido del Sevilla que suma siete victorias consecutivas y consigue el mejor arranque liguero de la historia. Es muy difícil. Enfrente están el Barça del triplete y el Madrid de Ronaldo y Kaká. Pero los catalanes tienen una plantilla corta y sueñan con ganar la Champions en el Bernabéu y los merengues son aún un equipo por construir. La plantilla del Sevilla es amplia, tiene mucha calidad y está bien administrada. Si nos respetan las lesiones, ¿por qué no soñar?