La plaga de lesiones acabó pasando la factura

Nos las prometíamos muy felices ayer los sevillistas. El equipo lanzado, sin encajar goles, con pegada incluso sin delanteros y, en frente, un rival recién ascendido que ya cayó en Nervión en la pretemporada. Todo aderezado con una tarde espléndida y a la hora futbolera de las cinco de la tarde. Todos los condicionantes sobre la mesa para...que el Sevilla FC diera el petardazo ¿Que no?


Todo salió al revés. En un error defensivo, el Málaga se adelantó en el marcador y obligó al Sevilla a un sobresfuerzo en ataque para el que ayer no estaba capacitado. No, porque Luis Fabiano estaba claramente fuera de forma, aunque su calidad sobró para crear las dos ocasiones más claras del Sevilla, y porque la plaga de lesiones obliga a que jueguen siempre los mismos y el cansancio, cuando hay que crear, se nota más, sobre todo cuando se ha jugado otro partido apenas 72 horas antes. Encima lo que sale del banquillo no aporta absolutamente nada y Adriano... mejor no digo nada de Adriano.

Sin chispa, sin toque, sin inteligencia y sin suerte no se puede ganar y menos a un equipo bien plantado y en racha como el Málaga que ayer nos visitó. Ni éramos tan buenos que no íbamos a perder nunca ni ahora nos vamos a segunda. Un tropezón, hasta cierto punto lógico aunque doloroso. A seguir adelante y, sobre todo, recuperar efectivos porque el Tourmalet se acerca.