Ganemos o no a los alemanes la final, la España de Luis, de Villa, de Cesc, de Casillas... entró anoche en la historia del fútbol mundial por desplegar un fútbol como pocas selecciones han hecho y que, desde luego, la española nunca ha realizado. Si pasaron a la historia el Brasil del 70, la Holanda del 74, o la Argentina del 86, desde ayer, existe también la España del 2008.
España dominó todas las facetas del juego: defendió con sobriedad, tocó el balón con tiralineas, puso velocidad cerca del área, remate y gol. Y cuando tuvo que intervenir Casillas (sólo una vez en el partido) hizo un paradón impresionante.
Y todo esto, probablemente, gracias a que en el banquillo se sienta un abuelo con dos cogollos de Tudela, capaz de plantarle cara a toda la prensa madrileña y dejar en su chalet de La Moraleja a Raúl y a Guti. ¿Alguien duda de que el ambiente en el seno del equipo no sería el mismo si Raulito y er der pelito asín lasio estuvieran en el banquillo?¿Se lo tomarían de la misma manera que lo hacen Güiza o Cazorla?¿Y acaso estos últimos juegan peor que los madridistas? Pués ahí está gran parte del secreto de esta selección: son un EQUIPO.
Hace pocos años pensábamos que nunca iriamos a una final con el Sevilla ni veríamos a la selección hacer lo mismo en un gran torneo. Pués todo llega, amigos.
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