Ni fú ni fá

Esa fue la sensación con la que nos quedamos los sevillistas al final del partido de ayer. Nos las prometíamos muy felices después de la pretemporada. Aplicamos el silogismo fácil y, a la vez, falso de que "si le hemos ganado al Milán y al Villarreal y hemos empatado con el Arsenal y el Inter, al Racing tenemos que golearlo con la gorra". Pero cuando llega la hora de la verdad, nada, o casi nada, de lo hecho en verano sirve.

Al Sevilla de ayer le faltó chispa y no fue capaz de penetrar en la tela de araña tupida por Muñiz (ojo a este entrenador). El Racing esperaba para salir a la contra mientras ahogaba a Romaric y Maresca que no conseguían conectar con los delanteros. Quedó solo el recurso del pelotazo a Kanouté y Luisfa por si alguno cazaba un balón de gol, pero eso es muy poco para un equipo que quiere luchar por estar arriba.

Aún así el Sevilla se adelantó en el marcador porque Luis Fabiano sigue en estado de gracia y cuela la primera que pilla en el área y porque Palop se volvió a parecer al de Glasgow, después de un penalti absurdo de Schillacci, que parece el típico buen central al que, de vez en cuando, se le desconecta un cable.

Pudo ganar, pudo perder y al final empató que era lo que merecía. Punto que sirve para empezar la liga sumando, y partido para bajar de la nube a mucha gente. Queda mucho y muy difícil...pero ahí estaremos.